viernes, 27 de abril de 2018

FALTA REBELDÍA TARIFARIA

} Amigos: Sesiones febriles en esas caballerizas del Congreso, donde yeguas viejas y jamelgos se acusaban mutuamente de los padecimientos de los pobres abonados a servicios públicos y a quienes ninguno de estos especímenes representan, jalonaron estas ultimas horas, rasgándose las togas de sus inmundicias, para nada determinante. Como para cualquier otro tema que cinco o seis veces en el año, se debate en ese muladar del barrio de Congreso. Ninguno de estos indeseables se aferró a esos pupitres que los separan del suelo, para clamar por tantos millones de damnificados. Solo retorica barata e insustancial con apostrofes recíprocos, como cuando se enfrentan en los sets de esta televisión berreta. Tampoco la zurda que tiene cuatro o cinco linyeras, planteó ninguna cuestión de privilegio en el recinto para incitar, pero ni el mínimo clamor en pos de una desobediencia de las victimas de tantos atropellos. Porque al fin de cuentas, detrás de bastidores y de espaldas a la tribuna, acuerdan todos ese irrefrenable status quo, sin que les importe un bledo lo que tengan que conciliar. Si esas mal denominadas: Casa del Pueblo (Diputados) y de los Padres de la Patria (Senadores), tuvieran una sola Banca de alguien que no se solace de su patina de indignidad, al menos esta maltrecha Sociedad, hubiese recibido cuanto menos un testimonio solidario; pero de eso nada. He insistido hasta que se me desdibujaron las pinturas de mi teclado, con eso de ¿para que sirve la democracia?. Al menos ésta, tan nauseabunda que debe de sostener a una pléyade de granujas, chorros y estafadores. Efectuando un repaso, al universo de votantes -algunos ilusos de buena fe- y la mayoría, conociendo perfectamente las consecuencias de esa dación de un cheque en blanco a cualquier candidato elegido, creo oportuno recordarles que desde que se abrieron las tranqueras en diciembre de 1983 a un Alfonsín, estamos por alcanzar la friolera de cincuenta y tres mil victimas fatales de homicidios en ocasiones de robo, conforme las estadísticas de la Policía Federal. Versus la de menos de cinco mil subversivos abatidos entre 1975 y la llegada de ese festival decembrista de principios de los ochenta, conexos a ochocientos cincuenta y dos malvivientes en idéntico período. Los Milicos dejaron, tomando nota de pésimas políticas económicas, menos de cuarenta mil palos gringos de endeudamiento externo. Hoy debemos mas de cuatrocientos mil millones de dólares, con casi un cincuenta por ciento de servicios e intereses usurarios. En aquellos años del terror en los que los Militares vejaban y robaban lactantes, según la liturgia republicana que le inocularon a tantos boludos que repiten esas patrañas con la fuerza de un Catecismo, la pobreza e indigencia jamás trepó mas allá de un 5%. El orden social era un continente abarcativo de la protección del indefenso Ciudadano, y la disuasión policial, era el freno inhibitorio para la delincuencia ocasional u organizada. Desde mayo de 1958 en que asumió Arturo Frondizi a la presidencia y hasta su derrocamiento en marzo de 1962, solo se produjeron 79 asesinatos en casi cuatro años. Luego de su tiempo la tendencia fue ascendente, pero nunca tomó esta descabellada cotidianeidad actual que es astronómica y que ya tiene la diabólica jerarquía de una estadística. Cuando como ahora la espiral de precios, inseguridad, derrumbe de la escuela y medicina publica, tienen categorías de inexistencia, se requiere de muchísima ayuda para que el Sistema no colapse y estrepitosamente. Y como para cualquier otra cosa en esta vida, este Manicomio Colectivo que nos azota, tiene una explicación racional. Tomando como ingrediente de este copetín de dementes, un valor del dólar que se encuentra en aras de los 30 pesos, cuando el Central ya no pueda desprenderse de ellos para inundar este diminuto Mercado de Cambios. La gente, atónita como se encuentra, sin poder digerir el fundado temor que sea acribillada al llegar a sus casas y pudiendo ingresar a ellas, enfrentar la imposibilidad de sufragar tarifas, canasta familiar y contribuciones municipales, no requiere de razones ni endógenas ni exógenas para adherirse a una Pueblada. Que no se corporiza precisamente porque es la nefanda Dirigencia Política, la artífice de esta suerte de Detente como era aquel escenario entre EE UU y la URSS, antes del derrumbe del Muro de Berlín. Lo que me conduce a formularme y formularles la pregunta del millón. ¿Porqué? Bueno, es que si alguno de estos caralisas, llámense Moyano, Barrionuevo y/o cualquiera otro de los Gordos o por la vía del absurdo, Pitrola u otro miembro de su banda, llamasen a una movilización derrocatoria/saqueadora, están perfectamente contestes que el paso siguiente, seria el advenimiento de un gobierno de facto, -léase- triunviratos obreros, comités de Salud Pública como en los tiempos de Robespierre y otro menos digerible para el graserío, como uno de corte Castrense. Pero fuese civil o uniformado, fascista o marxista -cualquiera de los dos- implicaría el cierre de los portones parlamentarios, los ñoquis, los multi planes y las cajas sindicales. Ergo, implicaría la pérdida esforzada e inexorable de treinta y cinco años de prebendas. Y todavía no ha nacido alguien de ese nefasto mundillo que pueda instar tamaño sacrificio que, además conllevaría a la renovación de un Poder Judicial menos excrementatorio y con jueces con pantalones largos y el culo limpio. Lo suficiente para encarcelar a todos los miembros de Cambiemos y el Pj. Demasiados peligros, para que alguno de estos referentes de lo anómalo, resistan la tentación de ponerse al frente de un Acto Patriótico. Ni las guerras ni los procesos libertarios conocieron la luz sin lideres. Y entre nosotros nadie aparenta como para que lo podamos divisar. Esta es la explicación que a su vez me guía hacia el interrogante... ¿PORQUE NO TENEMOS IRACUNDIA Y REBELDIA TARIFARIA?. Cordialmente Carlos Belgrano.- carlosbelgrano@gmail.com

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