jueves, 7 de junio de 2012

RADARES

IRCHNERISMO: un gobierno fetido lleno de funcionarios heces Sin control aéreo y funcionarios KaKistas cuestionados, denunciados e involucrados con el narcotráfico. Argentina posee solo 4 radares funcionando las 24 horas en todo el país para controlar el espacio aéreo. Estos son los radares disponibles en la República Argentina capaces de detectar todo aquello que sobrevuela por territorio argentino: http://patriotaargentino.blogspot.com.ar/2010_11_01_archive.html El mapa de la derecha nos muestra la cantidad de radares que debería de haber y según firmó el ex presidente Kirchner a través de un decreto del año 2004, dicho plan de radarización estaría terminado en 2009. Actualmente no se ha cumplido con la colocación de un solo radar de dicho plan. Pero parte del dinero ya ha sido desembolsado, ¿a dónde? es la gran incógnita... El punto rojo en el mapa izquierdo, nos muestra la ubicación del polémico aeropuerto inglés ubicado en Puerto Lobos, que como vemos, puede pasar inadvertido por las Fuerzas de Seguridad de la República. Los tres radares de ubicación secreta que se mencionan, no son más que otra maraña de mentiras, ya que gracias a Dios se tienen 4 radares y vaya a saber uno si es que aún funcionan. ¿Cómo es posible que un territorio tan grande como Argentina tenga solo una decena de radares supuestamente en funcionamiento? Aquí puede entrar y salir quien quiera, y por donde quiera. Los radares 3D son los que detectan aeronaves que pretendan pasar de forma inadvertida y tienen un alcance aproximado de 445 kilómetros. Las innumerables pistas clandestinas Se calcula que cada mes, por el nordeste argentino, unos cien aviones ingresan al país con mercadería ilegal. Droga, armas, etc. Sumado al aeropuerto de Lewis en Río Negro, que el mismo Estado a permitido su funcionamiento, hace de la Argentina un país totalmente indefenso en sus cielos. Extraños vuelos nocturnos en un aeródromo sin control (La Nación) Los vecinos de General Rodríguez aseguran oírlos despegar y aterrizar. Hace ya tiempo que el partido de General Rodríguez mutó de apacible y bucólico lugar de descanso, con casasquintas de diversos tamaños y grandes clubes de polo, como Ellerstina y Centauros, a un territorio donde, según los vecinos, la ausencia de controles suscita hechos inquietantes para gran parte de sus 95.000 residentes. A la radicación de desarmaderos ilegales y robos en lujosas quintas -como los padecidos por los ex ministros Carlos Ruckauf y Raúl Granillo Ocampo, a tan sólo ocho cuadras de la mansión de la familia De Carli, allanada años atrás, se sumaron varios decomisos de drogas y armas. Pero lo que más inquieta a los vecinos son los profusos vuelos nocturnos que, tal como aseguran, despegan sin controles ni radares, a la medianoche, del aeródromo Comodoro Ildefonso Durana. La pista de césped, de 2000 metros de largo, se encuentra dentro del Aero Country Club de General Rodríguez, un predio de 50 hectáreas, poblado por una docena de casas flanqueadas por siete hangares, con capacidad para albergar un centenar de ultralivianos y aviones pequeños, tipo Cessna. Estos hechos vinculan a la senadora provincial Adelma Arguissain (Frente para la Victoria), quien preside la Comisión de Seguridad del Senado bonarense. Al igual que su marido, ambos son fuertemente cuestionados por los rodriguenses desde que en 2001 la policía allanó un desarmadero ilegal, en el cual se descubrió que la propia senadora había salido como garante en el contrato de alquiler de la propiedad. ¿Por qué no se quiere radarizar la Nación? En todo el país, cientos de vuelos clandestinos diarios, zurcan los cielos con cargamentos ilegales de todo tipo, con silencios y negociados que vinculan a infinidad de políticos. Promesas incumplidas, vuelos clandestinos en el norte, aeropuertos gigantes en el sur... El tráfico de drogas, armas, y demás mercaderías no tiene fin. Ni hablar de lo que sucede en la zona de Cuyo. ¿A qué provincia le conviene radarizar el país?, seguramente son muy pocas, pues a muchos gobernadores se les acabaría un gran negocio.

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