sábado, 2 de junio de 2012

NO A LAS DROGAS

¿DESPENALIZACIÓN? Dejamos de ser un país que la miraba porque sólo transitaba. La droga se quedó en gran medida. Somos también país de destino. No es una problemática de los sectores acomodados. Es un drama de los pobres. El 'paco', además de ser especialmente nocivo, casi fulminante de la vida, es barato y accesible. La droga es un 'modo' de vida para muchos compatriotas marginales. Es su tabla de 'salvación' Por eso, el lugar para la leva de distribuidores es precisamente la barriada de extramuros (o la de intramuros, esos enclaves de miseria en medio de la ciudad). La inseguridad y los delitos crecientemente crueles están fogoneados por la droga. La droga dispara la ruindad, desinhibe las últimas reservas de humanidad que otrora tenían hasta los peores criminales. ¿Qué mensaje daríamos despenalizando? Que, so pretexto de que no perseguimos a los consumidores sino al narcotráfico, la drogadicción resulta indiferente para la sociedad y su autoridad.Todo un contramensaje, absolutamente a contramano de lo que necesitamos, es decir reducir el consumo. ¿Combatir el narcotráfico, pero liberar el consumo? Suena a contrasentido. Los pobres tienen limitada su libertad de elección. Su marginalidad neutraliza su discernimiento. Su necesidad tiene cara de hereje. Serán pasto fresco para el hambriento traficante de narcóticos. Además, con un SEDRONAR que hace poco y nada para erradicar las adicciones, despenalizar me parece tan prematuro como inconveniente. Me suena a país teórico, propio del relato, que a país real, ese que nos hace sufrir todos los días. Sí, porque la Argentina sigue siendo un dolor, aunque jamás renunciaremos a que sea la esperanza y el sueño de grandeza y felicidad. Alberto Asseff

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