lunes, 11 de junio de 2012

MININO INTERNADO

Desde que la Presidente de la Nación anunció un cáncer que no fue, todos los movimientos hospitalarios de los Kirchner se encuentran bajo sospecha. En el caso de Máximo Kirchner, una artrosis de rodilla no es una urgencia sanitaria: luego de la resonancia magnética puede organizarse una atención programada para un tratamiento en el que no está en riesgo la vida del paciente sino que hay un intenso dolor. Es cierto que, luego del infortunio padecido con su marido Néstor, Cristina Fernández, viuda de Kirchner, rodeará a Máximo Kirchner con todas las precauciones sanitarias, y eso explicaría el despliegue operativo ocurrido durante la noche y madrugada, con el avión presidencial Tango 01 dando la vuelta, cuando viajaba desde Río Gallegos a Ciudad de Buenos Aires, para regresar a Río Gallegos a buscar a Máximo, subirlo en la fría madrugada patagónica y desembarcarlo en el Aeroparque Jorge Newbery con destino a Pilar, provincia de Buenos Aires. ¿Qué cambió en el breve lapso entre que la Presidente se subió el Tango 01, al caer la tarde santacruceña, y cuando ya en vuelo le ordenó al comandante del avió regresar a Río Gallegos? ¿Fallaron las prevenciones o realmente hubo una urgencia? ¿O solo es una especulación? Las prevenciones chocan con una realidad: Máximo Kirchner estuvo durante 2 semanas recluido en su domicilio particular en Río Gallegos, supuestamente a causa de una gripe que no terminaba de curarse. La Presidente de la Nación ya lo había visitado el fin de semana anterior, sin embargo en esa oportunidad no pareció que mereciera una consulta ni los estudios que se le practicaron durante el fin de semana. La semana pasada, cuando Urgente24 dio cuenta de la probabilidad de una internación, el día cuando en el Hospital de Agudos de Río Gallegos justo ocurrió un paro de actividades, en el nosocomio nadie mencionó una urgencia sino estudios. ¿Por qué en la conflictiva Río Gallegos y no en Buenos Aires? La teoría de la peritonitis recién descubierta, que han deslizado algunos durante la madrugada santacruceña, sin saber muy bien a qué atribuir semejante operativo logístico, resulta sorprendente y pondría al médico familiar Luis Buonomo en serios problemas. No obstante, Máximo Kirchner transitó la manga para abordar el Tango 01 sin necesitar una camilla o una silla de ruedas, sino ayudado por 2 guardaespaldas, evidentemente impedido de caminar con normalidad pero sin demostrar una extrema urgencia. Por lo tanto, o Máximo Kirchner tiene otro problema más grave (la desinformación en temas de salud fue una constante con Néstor Kirchner, quien padeció internaciones cuando era Presidente de la Nación pero nunca se explicó a la opinión pública cuál era el problema), o hay una especulación sanitaria con interés político (ocurrió con Cristina Fernández de Kirchner, en el caso ya citado). En este caso, resultaría en una sobreactuación del problema verdadero para que Cristina asuma el rol de sufrida madre preocupada por su hijo, y así revertir la pérdida de popularidad. Es muy complicado mantener un Cacerolazo cuando hay una mandataria con su atención depositada en su primogénito internado... Semejantes especulaciones tampoco podrían sorprender de parte de una Administración que ha apelado a esos extremos en ocasiones anteriores. Lo único en concreto es que Cristina Fernández de Kirchner quedó muy conforme con la atención recibida en el Hospital Universitario Austral, de Pilar, ya que es donde internó a su hijo.

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