lunes, 4 de junio de 2012

LUCES AMARILLAS

Alfredo Leuco Esta columna se llama “Luces amarillas (2)” porque es la segunda de una serie que ojalá no sea muy prolongada. Se trata de advertir, sin alarmar, sobre las dificultades que están apareciendo en la economía. El objetivo es poner sobre la mesa algunos temas que muchas veces se ocultan. Y la secreta esperanza es que los funcionarios responsables, empezando por la presidenta Cristina Fernández, se hagan cargo y controlen estos vientos antes de que se conviertan en tempestades. Los argentinos estamos rezando para que no muera el federalismo. Hoy está en terapia intensiva producto de la paliza que el gobierno nacional le viene pegando hace años. Este gobierno unitario concentra el 78% de la recaudación impositiva. ¿Escuchó bien? De la catarata de dinero que pagamos todos los argentinos solamente el 22% se reparte entre todas las provincias y el 78% va a parar a los bolsillos del estado nacional. Y esto sin contar el impuesto más injusto y cruel, que es el impuesto inflacionario. Porque este es el principal enemigo que tiene la economía. La inflación, es un enemigo silencioso que va erosionando todas las variables económicas. Pero el gobierno no puede combatir lo que ni se atreve a nombrar. La presidenta ni menciona la palabra inflación y es la madre de todos los problemas que hoy estamos sufriendo. En los últimos 12 meses para el INDEC la inflación fue de 9,8%. Para San Luis fue del 24% y para Neuquén del 27%. Algo grave está fallando. Mendoza y Tierra del Fuego se arrodillaron y dejaron de dar los números de la inflación. Ellos también optaron por romper el termómetro para bajar la fiebre. Se ataca las consecuencias, los síntomas como el dólar y no la verdadera enfermedad. Esto es lo más grave. Sobre todo porque en esta Argentina llena de incertidumbres, ni siquiera se sabe quien es el ministro de Economía. ¿Dónde está el piloto?, se preguntaba Lucas Llach, un economista brillante en su blog. ¿Quién toma las decisiones? Hernán Lorenzino parece un holograma. Amado Boudou está desaparecido en acción y calladito la boca porque hasta los ministros lo miran con desconfianza por los trapos sucios que no puede explicar. ¿Y Axel Kicillof? Tuvo una aparición fulgurante y la nueva estrella de la economía K bajó su perfil. Dicen que está estudiando que hacer con YPF. Porque no parece tan fácil conseguir inversores que quieran aceptar la falta de reglas claras de hoy. Lo más parecido a un ministro es Guillermo Moreno. Es el mariscal de varias derrotas. Destruyó la industria frigorífica, hizo que cada vez sea menos rentable la siembra de varios granos, puso trabas insólitas para importar y frenó el motor de muchas industrias que se quedaron sin insumos, empezó a perseguir policialmente al dólar y lo transformó en el centro de todas las miradas, en el tema de todas las conversaciones y generó un miedo en la sociedad que antes no existía. Desde el 2007 se fugaron más de 80 mil millones de dólares y ahora no saben de donde sacar un dólar. La viveza criolla de Moreno al destruir el INDEC hoy es un pantano del que es difícil salir. Moreno con su habilidad para las medidas espasmódicas e irracionales congeló el mercado inmobiliario y ahora enrareció todo el clima para las agencias de turismo. Hoy nadie sabe nada de lo que va a pasar en la economía y eso habilita la propagación de los rumores mas disparatados. Nadie sabe para que lado disparar. Hay malhumor y bronca creciente en el campo, en el comercio, en la clase media y también entre los trabajadores que no pueden entender como les meten la mano en el bolsillo con el impuesto a las ganancias. Le doy un ejemplo concreto. Un trabajador que está casado y tiene dos hijos paga impuesto a las ganancias si gana mas de 8.000 pesos. Y un señor que tiene un plazo fijo de 4 millones de dólares no paga nada por eso. ¿Desde cuando el salario es ganancia? Una familia tipo con ese ingreso la pelea como puede y con gran esfuerzo. Le tienen que cobrar ganancias a los que realmente ganan con la especulación financiera, por ejemplo. Esto frena el consumo y acelera la bronca. La UOCRA de Rosario avisó que la obra pública está paralizada y ya se perdieron 6 mil empleos en 20 meses. Las provincias tienen cada vez mas deudas y algunas piensan en pagar los sueldos en cuotas y las más complicadas no descartan apelar a esa locura llamada cuasimoneda, los viejos patacones y otros papeles pintados que ya padecimos. Para este año se espera un déficit fiscal de 45 mil millones de pesos. Por la sequía la cosecha va a disminuir en un 13% y eso significan 5 mil millones de dólares menos para el estado. El kirchnerismo logró bajar la pobreza del 52 al 22% y eso es un logro muy importante. Pero si el INDEC dice que solo hay un 7,2% de pobres, la credibilidad se derrumba porque se transforma en una tragicomedia. Cristina lo hizo. Generó una tormenta en donde no había ni siquiera nubes. Todos errores no forzados producto de la impericia y de la falta de un plan estratégico claro. Nadie conduce la economía y por eso la economía se conduce sola. No hay piloto ni plan de vuelo. Es hora de ajustarse los cinturones. Vamos derechito a chocar contra la recesión. El que avisa no traiciona.

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