sábado, 23 de junio de 2012

COLAPSO BOLIVARIANO


COLAPSO BOLIVARIANO

Por Carlos Manuel Acuña

Quienes crean que la expulsión constitucional del ex presidente del Paraguay, Fernando Lugo, es ajena a otros acontecimientos que ocurren y ocurrirán en la región, se equivocan totalmente. Más de una vez señalamos que el proceso que busca la izquierdización de nuestros países obedece a un proyecto cuyos distintos pasos están interrelacionados y forman parte de las decisiones de izquierda adoptadas desde años atrás por el llamado Foro de San Pablo que ya logró asentarse a través de distintos gobiernos. El más destacado por la importancia económica y el desarrollo que había alcanzado su país, era Venezuela convertida por Hugo Chávez Frías en un centro propulsor que ahora entró en crisis con motivo de la irreversible enfermedad que carcome al teniente coronel devenido en dictador. La proximidad de este descenlace aceleró a su vez el dinamismo de una situación cuyos otros exponentes iban dede el derrocado Zelaya en Honduras hasta Fernando Lugo en Paraguay, un extraño obispo católico que decidió abandonar los hábitos para dedicarse a la política y las mujeres.

Como aprendieron a hacerlo después de las derrotas militares ocurridas en intentos anteriores - especialmente en el Brasil, Chile, el Uruguay y nuestra ex República - la estrategia adoptada, salvo en Colombia, fue más prudente, menos agresiva y adoptó las formas democráticas para alcanzar el poder. Ya en esta segunda etapa, excepto Chile donde se afirmó una política de definidos perfiles capitalistas y entre los más importantes, el Perú donde se impuso la moderación, en las restantes repúblicas se desplegó una suerte de anclaje con el pasado al que se reivindicó o reivindica para orientarse doctrinariamente. Aunque más reducido, las FARC colombianas mantienen su protagonismo alimentador de violencia. Sin embargo, la situación creada por los bolivarianos no resultó fácil por los sucesivos y constantes fracasos económicos simultáneos o paralelos a una definida orientación autoritaria, generó resistencias internas de dificil pronóstico. El primer gobierno en ser removido mediante recursos constitucionales que legalizaron la sucesión, fue el de Honduras donde la Justicia sacó del poder a Zelaya para reemplazarlo por Porfirio Lobos. Fue el primer cimbronazo. Ahora, el Congreso del Paraguay colocó en el poder al vicepresidente, generándose críticas y resistencias de los los gobiernos más orientados hacia la izquierda y adheridos con mayor o menor intensidad al Socialismo del Siglo XXI inventado por Chávez. Ahora éste sobrevive en medio de una enorme fragilidad económica y de constantes viajes entre Caracas y La Habana para intentar lo imposible: revertir su cruel enfermedad.

Ante la certeza de que las próximas elecciones venezolanas le darían el triunfo al candidato opositor, los esfuerzos por encontrar un referente latinoamericano de envergadura desesperó a la izquierda internacionalista. Desechado Evo Morales por sus limitaciones de distinta índole y las tensiones que soporta su gobierno - anoche se incendiaron dependencias públicas vecinas del Palacio Presidencial - Fernando Lugo podía ser una alternativa más folclórica que otra cosa pero alternativa al fin, habida cuenta que el ecuatorino Rafael Correa carece del necesario relieve, pese a que es un importante productor de petróleo que es vendido en su totalidad a China Continental. Mientras escribíamos éstas líneas, la situación sobre el territorio de la vecina Bolivia avanzaba una rebelión policial y enfrentamientos entre las distintas etnias que el mulato Morales se empeña en agrupar para una acción común en que adoptó la nominación de indigenismo. Quedaba, entonces, la Argentina con Cristina W. Fernández, pero su estabilidad está seriamente cuestionada por obvias razones sobre las que volveremos enseguida. En consecuencia, Fernando Lugo era un candidato aceptable, refugiado casi en el extremo del Cono Sur incorporaba, además, un cuestionado factor religioso, tema de especial interés para quienes propician el nuevo bautismo elegido por las izquierdas: el progresismo.

Llegó entonces el momento de las contradicciones. Elementos brasileños pertenecientes al extremista Movimiento de los Sin Tierra que opera en el Brasil, ocupó tierras fronterizas de propiedad paraguaya, lo que determinó el 15 de este mes la intervención policial con trágicos resultados de varios muertos. La izquierda puso el grito en el cielo, Lugo fue acusado seriamente y se le pidieron explicaciones. Complicadas las cosas, derivaron en el pedido de juicio político que se convirtió en el mecanismo que dispone la Constitución para removerlo del Palacio López. Concretada hace unas horas, el caso se extendió con un contenido de protesta política a los organismos internacionales Una Sur y MercoSur. En la práctica, las resistencias que se esperaba que se produjeran, comenzaron a demorarse esta madrugada, a la inversa de lo que hizo una demacrada viuda de Kirhner, quien anticipó que la Argentina no reconocería al gobierno de Luis Federico Franco Gomez que tiene por delante nueve meses para concluir el plazo constitucional hasta las próximas elecciones que podrían anticiparse.

Queda esperar la evolución de los acontecimientos. El periodismo en general se mostró crítico de lo ocurrido. En la OEA las izquierdas hacen lo posible por debilitar los mecanismos de defensa de los "derechos humanos" y surge la evidencia de que nos encontramos frente a cambios que sería un arror anticipar, aunque no es arriesgado hablar como lo hacemos con el título utilizado en este comentario.

Esto le da al precipitado juicio manifestado por Cristina W. Fernández un perfil arriesgado. Su negativa a reconocer al nuevo gobierno de un país que posee importancia estratégica, particularmente para el Brasil y la Argentina, aparece cargado de irreflexión y desconocimiento de todo lo que significa. Concurrentemente, a nadie se le escapa las simpatías kirchneristas por Hugo Chávez con quien tan excelentes negocios personales mantienen hombres de su gobierno. En su discurso de despedida, Lugo hizo una forzada mención al narcotráfico, tema en el que nuestro país ofrece un progresivo descontrol que, quiérase o no, enlaza el problema con la liberación al consumo que propicia otro presidente que tiene su importancia para el Foro de San Pablo: el uruguayo Mujica.

Todos estos componentes integran un escenario que nada tiene de novedoso pero sí de agravamiento. Cristina aparece alterada en los registros fotográficos y televisivos. No es para menos pese a que aún no habría medido en toda su dimensión la trascendencia que tendrá la concentración multisectorial que el próximo miércoles se realizará en la Plaza de Mayo. Hugo Moyano, convertido ahora en el máximo enemigo elegido, ha demostrado una capacidad estratégica virtualmente inédita en la historia política del país durante los últimos decenios. Hasta anoche no sólo sumó más de un medio centenar de gremios a la convocatoria, sino que también a diversos sectores empresarios y sociales - incluída la izquierda sindical - que resolvieron acompañar el reclamo por una corrección fiscal que convierte en un espejismo la realidad de los salarios y de toda otra clase de ingresos productivos. Entre tanto, en el Chubut, los desmanes cometidos por un grupo de la UOCRA desprendido de todo control orgánico, ha producido la destrucción de bienes destinados a la producción del 15 por ciento del petróleo crudo que produce el país. Así, amplios sectores del territorio podrán sufrir el faltante de combustibles, un hecho de inusitada incidencia ante la crudeza del invierno que se ha comenzado a vivir.

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